Penny calmó su mente, cerró los ojos y sintió el agua que la había envuelto en todas las direcciones en las que ahora estaba rodeada. Sabía que antes de que algo pudiera pasarle, Damien estaría allí para salvarla, por lo que tenía que mantener la calma. Después de tomar lecciones de natación en el agua, Penny se sentía mucho más segura que antes.
El nivel del mar había subido y la superficie del agua nunca estaba quieta ya que continuaba rompiendo con olas una tras otra.
Y esta vez, ya no tenía dificultad para respirar en el agua. Era como si el agua fuera aire para ella.
Los ojos de Damien mostraron sorpresa cuando el agua a su alrededor dejó de moverse y de repente se quedó quieta. Era como si no hubiera nada que la moviera.
—Parece que ella puede aprovechar parte de la habilidad —dijo él, con los ojos aún fijos en la chica que había caído en el mar.