—Maldición —Jin Liwei se obligó a recitar tantos dígitos como pudo del valor de pi en un esfuerzo por matar su desbordante erección.
Solo necesitaba pensar en su niña pequeña por un segundo y su hermanito de abajo ya estaba alzando su hambrienta cabeza en busca de su dulce y húmedo calor. El poder que su mujer tenía sobre su deseo no era ninguna broma. Su único consuelo era saber que ella también reaccionaría de la misma manera en la misma situación.
Recitar el valor de pi una vez más demostró ser útil. No solo calmaba su erección, sino que también lo arrullaba hasta dormirse después de unos minutos. Su efecto era incluso más potente que el tradicional conteo de ovejas. [Esta novela es un trabajo contratado con W e b n o v e l . c o m (elimina los espacios). Si no estás leyendo este capítulo en W e b n o v e l, ha sido robado. Es muy desalentador ver a ladrones lucrando con mi duro trabajo. Por favor, lee esta novela en W e b n o v e l. ¡Gracias! -Arria Cross]