—Pero, ¿y qué si era el diablo? —dijo Jin Liwei—. A Jin Liwei no le importaba un comino. Si su Quinto Hermano estaba jugando con él, ¡entonces se estaba pasando de la raya! Su conversación era sobre la mujer amada de Jin Liwei, así que no había manera en el infierno que se iba a echar atrás. Necesitaba una respuesta definitiva de Lu Zihao y la obtendría incluso si terminaban en una pelea.
—Puedes intentar matarme —dijo Jin Liwei, su voz dura con una agresión apenas contenida—. Eres mucho más grande y físicamente más fuerte que yo ahora, pero si realmente quieres matarme, no caeré sin luchar. Ahora soy un hombre de familia. Mi esposa está embarazada de gemelos.
—Ella aún no es tu esposa —interrumpió Lu Zihao con una voz escalofriantemente calmada pero aun así logrando sonar amenazante.