La expresión de Lu Zihao se tornó maliciosa. —¡De ninguna manera vamos a romper! ¡No hasta que pasen nuestros 30 días! ¿Te engañé?
—N-no —susurró Long Jinjing.
—¡Entonces no tienes motivos para romper conmigo!
—Pero me mentiste. ¡No puedo estar en una relación con alguien en quien no puedo confiar que me diga la verdad! Nikolai, lo siento pero no puedo hacer eso. ¡Simplemente no puedo!
Apretó los dientes con fuerza, haciendo que su mandíbula se endureciera. Sus fosas nasales se abrieron y una vena latió en su frente. Luego soltó una serie de maldiciones explícitas.
—Te dije que no mentí —repitió.
Long Jinjing tuvo el fuerte impulso de patearlo. Ya sabía que él era un hombre muy terco pero no al punto de que insistiera en que una mentira clara era la verdad. ¿Cuál era el problema de simplemente admitir que había mentido? ¿Era tan difícil para él?