Los ojos de Li Xue se contrajeron cuando escuchó a Lin Xinyi mencionar el nombre de la Reina entre sus palabras. Volvió su mirada hacia el tablero con cierta reflexión, recordando bien los últimos encuentros que había tenido con la dama. Sus labios, curvándose un poco en sus propios pensamientos, dejando al gerente más confundido acerca de su actitud.
—Li Xue, ¿algún problema? —Lin Xinyi preguntó de nuevo, sin entender la razón detrás de su pregunta anterior ni la razón detrás de la conocida sonrisa.
Li Xue negó con la cabeza. —No es nada importante, Hermana Xinyi. Pero, ¿es importante que responda sobre este contrato ahora mismo? Quiero decir que quiero pensarlo bien antes de firmarlo —dijo, girándose para mirar a la mujer con cierta profundidad significativa en sus ojos.
Lin Xinyi hizo una pausa, mirándola y luego asintió. —Claro, piénsalo bien y dime pronto. No lo retrases demasiado si realmente quieres que esta oportunidad no se te escape de las manos.