Qi Shuai no pudo evitar quedarse boquiabierto ante la revelación. Habían inyectado un potente fármaco paralítico que podría haberlo convertido en un inválido por toda su vida.
Aunque recuerda que, mientras luchaba con los hombres, alguien le inyectó algo en el cuello, nunca pensó que sería algún medicamento mortal. Simplemente pensó que sería alguna droga para debilitar su fuerza. Pero ahora, al oír al dictador mencionar que fue una inyección de suero paralítico, quedó totalmente impactado.
—¿Cómo era eso posible? —Nunca pensó que alguien en el mundo tendría tanto rencor contra él que no pensarían dos veces antes de empujarlo a esa vida tortuosa en el infierno donde perdería toda su fe en vivir.
Pero en ese momento, eso no era una preocupación, más bien la pregunta era: ¿Quién podría ser?