Agachándose a la altura de Li Xue, Su Ce se acercó a ella, aspirando ligeramente su fragancia. Dicen que la fragancia de uno dice bastante sobre su personalidad. Pero cuando Su Ce intentó adivinar la suya, para él fue algo diferente. Algo que le hizo detenerse en sus pensamientos por un tiempo.
Él había convivido con muchas mujeres pero nunca había olido algo como lo de ella. Deteniéndose por un tiempo, intentó adivinarlo pero por más que lo intentara simplemente no podía identificarlo. Ella era diferente. Diferente a cualquiera.
Li Xue se sintió extraña ante sus acciones. Ya estaba sensible en ese momento y su súbita cercanía así no le hacía bien. La estaba haciendo sentir más adormecida, forzándola a renunciar tanto a su conciencia como al control de sus pensamientos y acciones.