Peligroso loco para la sociedad.

—Tú... —Liu Hua no pudo evitar gritar al guardia. Ya estaba angustiada por el dolor punzante que sentía tanto en la superficie como en su corazón, y encima de eso, la mención del nombre de Li Xue no le hacía ningún bien.

—Lo siento, Señorita Liu, pero nuestros guardias están entrenados para no escuchar ni una palabra en contra de la familia real. Así que no pudieron controlar sus manos cuando usted habló en contra de nuestra joven princesa —dijo el viejo Mayordomo Cao con una sonrisa gentil en sus facciones— y esa sonrisa gentil no era más que una burla para que la mujer entendiera.

—Liu Hua también entendió el mensaje —Ustedes están deliberadamente haciéndome la vida difícil. ¿Qué les hace pensar que esa bruj... digo Li Xue es su joven princesa? Ella es mi hija y puedo hacer lo que quiera con ella. ¿Quién es la familia real para interrumpir? —preguntó descaradamente, casi haciendo que el puño de Shin Tinming se cerrara de ira.