Llegada de Loriel

La reina se quedó sin palabras. Inmediatamente corrió hacia el salón de banquetes en busca de Maxim. ¡Necesitaba saber si realmente era él!

—¿M-Maxim? —balbuceó Emmelyn. Sus pasos se detuvieron tan pronto como se acercó al antiguo rey de Summeria.

El hombre se parecía casi justo como ella lo recordaba y, salvo por un par de años que ahora eran visibles en su rostro, parecía mucho más joven que tanto Emmelyn como Marte, su esposo.

—¿Eh? Esto era extraño —pensó Marte para sí mismo.

Ahora tenía 46 años, y Emmelyn 42. Estaban sanos y todavía se veían bien para sus edades. Sin embargo, este hombre frente a ella... ¿no parecía tener más de treinta años? Quizás incluso 28.

—¿Se encontró con la fuente de la juventud o algo parecido? —se preguntó a sí mismo.

—Ahora me llamo de otra manera —Loriel sonrió torcidamente a su viejo amigo—. Puedes llamarme Loriel.

Marte no pareció tan divertido o complacido como su esposa, pero asintió al hombre como un gesto y en cambio miró a su hija.