—Simplemente te asustarás tú mismo, querida —Julián se rió mientras la antorcha de fuego desaparecía—. ¿Por qué no das un salto de fe y tomas algunos riesgos conmigo?
—Riesgos calculados —Harlow lo corrigió—. Si tengo una cuerda y algo que nos ayude a escalar, incluso una cuerda superlarga podría ser suficiente, podemos bajar. Bueno, podríamos descender a una velocidad más lenta incluso si no volamos usando a Icecube.
—¿No confías en mí? —Julián sonrió—. Yo digo que deberíamos simplemente saltar.
—Creo que ya hemos pasado por esto, Julián —Harlow le lanzó una mirada aguda—. Eres agradable, amistoso, e incluso me hablaste sobre tu vida y tus metas, pero ¿cómo puedo confiar en un hombre que acabo de conocer?
—Aaaw... entonces admites que soy agradable y amistoso? —Los ojos de Julián brillaron de felicidad—. ¿Qué pasa con guapo? Ese te lo saltaste, por cierto.