Harlow fue pronto guiada por el camarero fuera del restaurante y encontró una bonita posada en el centro de la ciudad. Era una posada enorme con muchas habitaciones y decorada de manera agradable. También parecía atender a muchos viajeros. El camarero que llevó a la princesa allí pronto le preguntó su opinión sobre el lugar.
—¿Este lugar es cómodo para ti? —preguntó el camarero cortésmente—. ¿Te gusta?
Harlow sonrió y asintió. Miró hacia atrás a Icecube que la seguía a ella y al camarero. Ya podía ver dónde podría quedarse su querido dragón de hielo.
—Sí —Harlow asintió—. Creo que me quedaré aquí porque tienen un gran establo para mi compañero.
—Excelente elección, señorita —dijo el camarero y bajó la cabeza—. Era educada y servicial. Harlow estaba agradecida de que Julián hablara con esta mujer para ayudarla.
—Gracias —sonrió Harlow.
El camarero agregó: