Harlow golpeó al Rey Demonio

—Ah... entonces eres como yo —rió entre dientes Rafael y la miró con una expresión complacida—. He estado esperando ansiosamente a que vinieras aquí y me visitaras cuando llegaras a la mayoría de edad. Me alegra que finalmente estés aquí y que incluso me hayas convocado para salvarte.

—Si de verdad querías verme, podrías haber venido a Draec tú mismo —entrecerró los ojos hacia él Harlow.

—Habría venido... pero las circunstancias y saber muy bien que me buscarías me hicieron más paciente —sonrió Rafael y rápidamente cambió de tema—. ¿No es más bonito que me buscaras tú misma? Puedo hacerlo para probar mi paciencia.

—¡Me hiciste ir en una persecución absurda solo para encontrarte! —lo miró incrédula Harlow y le dio un golpecito con el dedo en el pecho—. ¡Fui al Monte Tempestad, Myreen y después al reino Elfo solo para encontrarte y luego terminé aquí!