Corrigiendo el Error, Rehaciendo la Escena

Antes de que Harlow pudiera responder, el rey demonio le plantó un profundo beso en los labios. Todo ocurrió tan rápido que la princesa no tuvo tiempo de esquivar ni de apartar al hombre. Sus ojos se abrieron como platos y quedó aturdita.

—¡Mierda! ¡Su primer beso fue robado así como así!

—Mmm... tan dulce como siempre —murmuró el rey demonio cuando soltó sus labios y la miró profundamente. Algo brilló en sus ojos y por un momento, Harlow quedó encantada.

—U-us-usted... —Cuando finalmente encontró su voz, la princesa solo pudo hablar tartamudeando—. ¿Qué estaba haciendo?

Rafael parpadeó inocentemente.

—Te estaba mostrando que mis labios no son fríos como esperabas —dijo él.

Harlow se quedó sin palabras. Este hombre era demasiado sinvergüenza, pensó.

—Nunca dije que tus labios son fríos, ¡bastardo! —Harlow murmuró entre dientes apretados.