Rey Draco parecía feliz al ver que Rafael estaba contento. Ya podía oler el aire en Cretea. Realmente no podía esperar al día en que volvería a pisar ese lugar.
—¿Cuándo planeas invitarnos a conocer a tu familia? —preguntó a Rafael durante el desayuno. Rey Draco se aclaró la garganta. —Mis suegros son del reino élfico y finalmente he descubierto quién eres.
No rodearía la verdad. No en esta etapa.
—Oh, ¿de verdad? —Rafael frunció el ceño. Había sospechado que el Príncipe Jadeith le diría a Draco su identidad, pero dado que Draco no mostraba ninguna actitud extraña hasta hoy, pensó que Jadeith había respetado la privacidad de Rafael y no reveló su secreto.
—Sí. No inmediatamente —mintió Rey Draco—. Solo me enteré recientemente.
Lo miró intensamente a Rafael y sonrió. —Es un honor, Su Gracia.