Hogar, donde está el corazón

—Reth se adentró en la apertura de la cueva real abriendo su boca para llamar a Elia y Elreth, y se detuvo justo a tiempo cuando vio a Elia, desplomada en el sofá en el centro del Gran Salón.

—Cada vez que la veía en ese mueble en particular, su mente recordaba aquella primera vez que habían hecho el amor allí y la intensidad que había sentido, la forma en que ella había respondió a él tomándola de esa manera. Nunca dejaba de hacer que su cuerpo se sacudiera de atención, lo cual podía ser muy inconveniente cuando ella se sentaba allí durante una reunión con los Ancianos u otros deberes reales.

—Pero aunque su ritmo cardíaco se aceleraba y su respiración se volvía superficial, se obligó a no precipitarse hacia adelante y recogerla en sus brazos.