Titania no esperaba ver a Zu Wan al abrir los ojos. Parecía que el cielo había respondido a sus plegarias y que Zu Wan había sido enviado específicamente para salvarla.
Pero al ver que había cinco hombres contra uno, Titania no pudo evitar preocuparse por Zu Wan. Sus oponentes también estaban armados. Tenían cuchillos y pistolas, en comparación con Zu Wan que no había traído nada excepto a sí mismo.
Zu Wan escuchó lo que pasó en el almacén cuando su Jefe estaba obligando a Titania a hacer algo que ella no quería.
En ese preciso momento, su instinto le decía que Titania necesitaba su ayuda. Afortunadamente, Titania no había colgado la llamada hace un rato.
Zu Wan habló con Ella, diciéndole que no saliera de casa ya que necesitaba ir a algún lugar. Ella era una niña obediente, así que Zu Wan no tenía nada de qué preocuparse incluso si la dejaba sola en la casa por varios minutos.