¡Demonios!

Bianca y Clifford lograron acercarse al almacén sin ser notados. Había dos hombres, parados fuera del almacén. Ambos estaban armados.

Uno comenzó a rondar por la zona. Estaban asignados para mantenerse de guardia esa noche. Los otros cinco hombres estaban dentro del almacén junto con Andrés y Alveena.

Bianca y Clifford se escondían en la oscuridad, observando a los vigilantes. Clifford se volvía más ansioso a medida que pasaba el tiempo. La policía tardaba mucho en llegar.

—Jefe Cliff —Bianca le susurró.

—¿Sí?

—Quédate detrás de mí, ¿de acuerdo? Observando su constitución y físico, puedo decir que son buenos luchadores. También tienen una gran ventaja porque tienen armas —informó Bianca.

—No podemos atacarlos de frente. Haré un ataque sorpresa, así que permanece escondido aquí un rato. Te daré una señal cuando puedas moverte, ¿entendido?