Ella estaba en la habitación de Liam cuando notó que Liam derramaba algunas lágrimas. Su corazón dolía al ver su situación actual. Extendió su mano para tocar su rostro. Ella limpió las lágrimas que caían de las esquinas de sus ojos.
—Liam... ¿por qué lloras? No estés triste. Estoy aquí contigo. ¿Cuándo vas a despertar? —murmuró ella suavemente, acariciando sus mejillas con su pequeña mano. Incluso usó su pañuelo para limpiar sus lágrimas.
—Te hemos extrañado mucho, Hermano Liam. Tienes que levantarte pronto y jugar con mi sobrino y sobrina. Están creciendo tan rápido —dijo ella. Visitaba a Liam regularmente, actualizándolo sobre lo que sucedía a su alrededor. Pensaba que a Liam le alegraría escuchar estas cosas.
La joven se había encariñado más con Liam. Desde el principio, había tenido un flechazo por él. Cuando él cuidó de ella y de su madre, su admiración por Liam se intensificó. Era un buen hombre.