Bree nunca había sentido este tipo de dolor antes, tampoco podía señalar qué parte de su cuerpo se sentía peor, ya que cada centímetro de su estructura gritaba de agonía como si estuviera siendo desgarrada por varios cuchillos al mismo tiempo.
No solo los humanos se alejaron de ella, incluso los hombres lobo dieron un paso cauteloso hacia atrás.
—¿Qué está pasando? —La pregunta resonó en la mente de Bree, sonando hasta que su cabeza se sintió como si fuera a estallar en el siguiente instante.
—¡AARRGGHH! —Bree soltó un grito agudo cuando sintió sus propios huesos siendo dislocados y los espeluznantes sonidos de crujidos resonaron a través de la tranquila estación.
La bestia de Rossie gimoteó ya que quería acercarse a ella, pero la bestia de Adair la detuvo y la obligó a retroceder aún más.