EL TRATO ENTRE SEREFINA Y LOS DIABLOS

—Tenemos que salir de aquí ahora —dijo Lidya y, sin esperar su respuesta, ella y Nutdrouk tomaron las manos de los tres Donovan junto con las de Lila.

En un abrir y cerrar de ojos, habían desaparecido del campo de batalla, dejando a la bruja enfrentarse sola a la ira de los diablos.

—¿¡QUÉ QUIERES DECIR CON TODO ESTO!? —rugió Lucifer en cólera y el Wrath detrás de él cargó hacia adelante para darle a la bruja una lección.

Usó el poder de Lila e hizo que brotaran del suelo estéril zarcillos y raíces en forma de lanzas que apuntaban directamente a la bruja.

Sin embargo, antes de que una de esas pudiera herirla, las lanzas se desintegraron convirtiéndose en polvo.

—¿Crees que puedes usar este poder contra mí? —dijo con una sonrisa de triunfo Serefina, pero la sensación de victoria no se reflejaba en absoluto en sus ojos. Ella estaba siendo cautelosa respecto a lo que los diablos harían a continuación.