—Olvidé a Torak —dijo Raine sinceramente—. Porque cuando no tengo que enfrentar todas las cosas malas que me han pasado, no lo encontraré en el momento que estaba destinado para mí encontrarlo. Todo cambió.
Esperanza se sintió pensativa al escuchar eso.
—El tiempo es crucial y no debemos jugar con él, pero a pesar de eso, no tengo la fuerza para hacer lo que quieres —Raine tomó la mano de Esperanza—. Aquellos que se van, tienen una razón por la que deberían irse y no deberíamos vivir en el pasado.
Luego, Raine atrajo a Esperanza hacia sus brazos, prestando el hombro del ángel guardián para que llorara desconsoladamente.
Tenían la misma edad, pero Raine era mucho más comprensiva y tranquila que Esperanza, debido a todas las experiencias de vida que había pasado.
—Esperanza, todavía tenemos cosas que hacer y tenemos que prepararnos para eso —dijo Raine suavemente al oído de Esperanza, recordándole su objetivo último por haber sido revividas.
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