Este lugar era tan oscuro y húmedo, y era muy largo. Les tomó unos minutos alcanzar el final.
Y con la tensión en el aire, parecía ser más largo de lo que debería ser...
Lila caminaba delante de Jedrek sin miedo y a él le asombraba cómo la chica de ese pequeño cuerpo tenía tanto coraje para caminar sola, sin olvidar que ella simplemente podría girarse y pedirle a Jedrek que caminara delante de ella, ya que bien podría esconderse detrás de él.
Muy bien, ese fue el pensamiento más ridículo que había cruzado la mente de Jedrek.
El ángel guardián que destruyó la mitad de su aula cuando lo conoció por primera vez y luchó contra siete de sus generales en una sola batalla, jamás haría eso.
Una mujer, que fue lo suficientemente valiente como para luchar junto a él durante la guerra y lo suficientemente fuerte como para ver a su compañero sosteniendo a otra mujer y llorar por ella, jamás haría eso...
Lila era tan fuerte... de cuerpo y mente.