AURORA (6)

—Bueno, las cosas estarán bien si él acepta volver bajo el liderazgo de Torak nuevamente, pero las cosas se pondrán un poco tensas si decide oponérsele —dijo Calleb.

Ambos sabían que no era una cuestión de qué manada controlaba Torak, sino que se trataba de dónde estaría su hija.

Todos sabían cuánto consentía Torak a Aurora y cómo la pequeña fácilmente podía tener al Alfa enroscado en sus dedos.

El instinto de proteger como un Alfa siempre se activaba cuando la niña lo miraba con sus ojos redondos y expectantes.

Y ahora, de repente, un licántropo llegó de una manera no tan buena e intentó llevarse a Aurora. Por supuesto, este hecho fue muy difícil de aceptar.

—Bueno, espero que los dos no derriben esta casa peleando entre ellos —dijo Raine, frunciendo el ceño ligeramente ante la idea de esa posibilidad, porque por lo que veía, parecía que el compañero de su hija tenía el mismo temperamento duro que Torak y eso sería problemático más tarde.