Clarice llevó a Aurora a un pequeño café ubicado un poco lejos de la casa de la manada. El café lucía precioso con un toque de color lima claro en cada pared.
Sin embargo, Aurora no sentía que este lugar fuera tan especial como para que Clarice la trajera aquí.
Después de conseguir un asiento y ordenar bebidas y bocadillos, Clarice comenzó a contar sobre su vida en la manada de la luna de sangre y también mencionó algunos chismes sobre Draghar después de que el hombre matara a su propio padre y arrebatara la posición de alfa a su hermano.
—En ese punto la situación se salió un poco de control y las cosas parecían confusas. Por no mencionar la adición de Sebastián, el jefe del punto de control uno que siempre se opone a sus decisiones —Clarice bebió su bebida de prisa.
—¿Por qué Draghar no lo saca de la manada cuando él realmente quiere unirse a esta manada y a la manada del río azul? —Aurora preguntó con curiosidad.