AURORA (45)

—Por supuesto que lo que Clarice sentía por el hombre que estaba junto al Alfa Draghar era muy distinto a lo que sentía por el Alfa —comentó—. Ambos mostraban definitivamente un fuerte dominio, sin embargo, había algo crudo y feroz en este hombre.

—Lo que Clarice sentía por el desconocido era como si estuviera a punto de despellejarla viva, y hasta Clarice tenía dificultades para continuar sus palabras.

—¿Quién es ese hombre realmente? ¿Cómo puede dar tanto miedo con solo estar parado así? —Clarice frunció el ceño y parecía tartamudear cuando respondía a la pregunta.

—¿Su nombre es Clarice? —preguntó el hombre que estaba junto al Alfa Draghar, su voz profunda y ronca e hizo que Clarice se estremeciera de horror, tembló de miedo como una hoja que cae al viento, cuánto efecto tenía este hombre solo por preguntar su nombre.

—Sí, ella es Clarice —dijo Draghar con la misma voz oscura—. Dime ahora, qué sucedió —exigió Draghar, mirando fijamente a Clarice.