Gente Maldita-III

Elisa e Ian salieron de la sala del trono. Satanás les había aconsejado antes de que salieran de la habitación:

—Pueden pedir la ayuda de Caroline para encontrar la ubicación de Apolión. Quizás encontremos una manera de localizar su actual escondite.

—Gracias, abuelo —expresó Elisa lo que tenía que decir—. Y por traer el problema que yo

—Silencio, silencio —Satanás agitó sus manos antes de que Elisa pudiera completar sus palabras—. Una princesa no debería disculparse con nadie ni inclinarse ante nadie, incluso si yo soy el rey. Haz de tu prioridad matar al responsable de esto y limpiar tu nombre.

—Lo haré —prometió Elisa.

Como había estado sola, nunca supo lo maravilloso que era tener una familia con ella, tener a alguien que siempre estaría a su lado y le daría el apoyo que necesitaba. Una sonrisa constante apareció en sus labios.