Cortando Lazos-III

Llegaron a la cima del abismo poco después. Por suerte, las alas de Belcebú se curaron bastante rápido, lo que les permitió volar y alcanzar la cima del abismo en vez de tener que escalarlo.

Esther pensó que era extraño. Aunque habían caído al fondo del abismo, nunca se sintió tan feliz como ahora. Su corazón se sentía pleno, pero entre eso todavía había preocupaciones en su mente. Las preocupaciones que arraigaban en Belcebú, su avaricia.

Regresaron a la tienda. Mientras Belcebú vigilaba a las personas que los habían atacado antes, preguntándose si volverían a atacarlos. Se dice que el ladrón vuelve al lugar del crimen dos veces y Esther también se preguntaba si sería el caso.

Al entrar en el bar al que habían ido el día anterior, Esther miró a izquierda y derecha, viendo cómo eran las mismas personas exactas en los mismos asientos exactos en el bar. El tendero continuó con lo suyo, puliendo el vaso hasta que notó la presencia difícil de ignorar de Belcebú.