Permanecer juntos-II

—En efecto —dijo Belcebú cuando finalmente el hombre se dio cuenta y comprendió el error que había cometido en su decisión—. Welyn murió por mi culpa.

El demonio cerró su puño en ira y Belcebú estaba agradecido de que tuviera algo de inteligencia en su cabeza al quedarse en silencio y permitirle continuar.

—Mi tío que había matado a mis padres quería quitarme la vida después, pero Welyn usó su vida para salvarme. Por esto nunca podré olvidar la gratitud por su acción —Belcebú expresó sinceramente sus palabras—. Si no fuera por ella, quizá habría muerto y más que eso, quizá nunca habría podido verla —los ojos de Belcebú se dirigieron a Esther que estaba lejos.

Al padre de Welyn le fue difícil creer sus palabras y Belcebú entendía bien esto. Considerando el trasfondo de la demonio, sus palabras tendrían más peso que las suyas, pero creía que el hombre entendía su sinceridad.