Serafín

—¡ROOOOAARRRR!

Antes de que nadie pudiera reaccionar, los Líderes Dragonoides rugieron en desafío, resonando sus gruñidos guturales a través del paisaje. Desataron sus Soplos de Dragón combinados hacia ella, rayos de energía destructiva convergiendo hacia la figura angélica.

Serafín levantó una mano delicada, y una luz dorada brotó de su forma en una oleada abrumadora.

—FSHUUU!

Los Soplos de Dragón se disiparon al entrar en contacto con su resplandor, su inmenso poder reducido a chispas inofensivas.

Con un movimiento elegante, levantó ambas manos, y una esfera de luz dorada se expandió hacia afuera, creciendo más y más brillante hasta que envolvió todo el campo de batalla.

Los Dragonoides, tanto Líderes como su horda monstruosa, gritaron de agonía mientras la luz los consumía, desintegrando sus formas en la nada.

—BOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOM!!!

La explosión de luz fue cegadora, iluminando toda el área como un segundo sol.