—A-Adonis… ¿eres tú? ¿Qué haces aquí?
La voz de un hombre viejo, completamente desaliñado, resonó en ese mundo. —¿Por qué este mundo no está salvado? ¿Fracasó? ¿Fracasamos? ¿Fue todo en vano?
Esas preguntas quemaron el corazón de Adonis mientras miraba al que las había formulado.
—Rey Skylar.
El Rey Skylar de su mundo original.
—Todos están muertos. Lucielle sacrificó su vida teletransportándome en el último minuto. Soy el único que queda en este mundo de Dragones… —dijo el Rey—. Así que, ¿qué es exactamente esto?
De la confusión a la ira, y luego a la comprensión… Las emociones del Rey cambiaban constantemente mientras Adonis le explicaba todo en su cueva desolada.
En ese momento, se hizo evidente para los dos que todo su propósito había sido una mentira.
Su mundo realmente había desaparecido.
La esperanza se había perdido.
Pero… la venganza seguía grabada en sus corazones.
—Incluso si me lleva un millón de años… ¡exterminaré hasta el último Dragón que exista!