Una Felecie Cambiada 1

—¿Felicie? —preguntó Zeras atónito. Sus ojos no podían engañarlo. La persona que estaba sobre el hombro del gigante no era otra que Felicie, y en ese momento, sus ojos ardían de un rojo llameante, el mismo color que los del gigante.

—Ella lo está controlando. ¡Y usando el poder del gigante para matar a los Otromundistas... —murmuró mientras se desplazaba a un lado, esquivando el manotazo del gigante que atrapó a dos Otromundistas desafortunados y los redujo a añicos.

Zeras ya sabía cuán grande era el odio de Felicie hacia los Otromundistas, y para él era comprensible su acción de tratar de acabar con ellos.

Sin embargo, lo que no entendía era cómo ella podía incluso controlar al gigante del tamaño de una montaña.

—Tengo que detenerla.

—Estos tipos son los herederos de grandes familias de cultivo.

—Si ella mata a demasiados de ellos, volverán aquí y se forzarán camino adentro.