Meta

Sobre el planeta más grande y más alto había una barrera dorada radiante, su brillo sin igual. Parecía tan impenetrable y eterna que Atticus se sentía atrapado solo con mirarla, como si la mera presencia de la barrera tuviera dominio sobre todo.

La escena cambió nuevamente, retrocediendo al planeta más grande en la parte superior. La voz de la figura resonaba como si viniera del mundo mismo:

—Desde el principio de los tiempos, Eldoralth ha sido el poder supremo entre los mundos inferiores. Eldoralth era gobernado por una raza única: los Eldorianos. Todos los demás seres recibían sus órdenes de nosotros. Nuestra unidad y fuerza nos hacían inigualables, y nadie se atrevía a ganarse nuestra ira.