A prueba de tontos

El bosque estaba sumido en un silencio opresivo. El aire vibraba con tensión mientras un pilar de luz se disparaba hacia los cielos, su resplandor cegador y abrumador.

La mirada carmesí del Gran Anciano Yorowin brillaba con anticipación mientras se concentraba en la luz. Con un ligero cambio de enfoque, Candence y los otros Resonara, aún inmovilizados, fueron súbitamente elevados en el aire, flotando detrás de Yorowin como marionetas, incapaces de moverse.

Sus miradas temblaban mientras observaban el alto pilar de luz, cuya intensidad crecía con cada segundo que pasaba.

«No me digas...» Los pensamientos de Candence se descontrolaban. Sus suposiciones le atormentaban la mente, obligándole a enfrentarse a la posibilidad. Se había estado preguntando dónde había desaparecido Atticus. Los exploradores que lo acompañaban habían informado de que lo vieron adentrarse más en el bosque.

Pero ¿y si... qué tal si la razón por la que habían sido perdonados era por causa de Atticus?