Momentos

Hace instantes.

—¡Brooo, finalmente vamos al ejército! ¡No puedo esperar para patear los traseros de esos alienígenas azules! —exclamó un chico corpulento, bronceado y de cabello blanco con emoción, recibiendo algunas miradas de odio en su dirección.

Pero a él no le importaba. Nada podría arruinar esto para él. Se había entrenado en el campamento Ravenstein, sobrevivido años en la academia solo para esto.

Un chico más calmado y delgado, sentado junto a él, de repente soltó una risita, sacudiendo la cabeza.

—Eres el único lo suficientemente estúpido como para amar la guerra, Nate.

Nate le lanzó una amplia sonrisa. —Es lo que hemos estado esperando, ¡Lucas! ¿Cómo no voy a estar emocionado?

Lucas suspiró, pasando una mano por su cabello.

—Qué pena que no todos compartan tu entusiasmo —Él echó un vistazo alrededor de la habitación, sus ojos agudos escaneando a los otros reclutas reunidos, que tenían un aura sombría alrededor de ellos como si fueran enviados a su muerte.