—¿Te gustaría ser mi amigo? —preguntó el Coronel Zenon.
Atticus repitió las palabras del coronel Zenon cuidadosamente, como tratando de hacerle oír lo absurdo que sonaba.
—Ten cuidado. A lo mejor le va... eso —la voz de Ozeroth sonaba muy cautelosa. Probablemente le estaría echando una mirada de reojo a Zenon en este momento si estuviera en su forma sólida.
—¿Estás seguro de saber de qué estás hablando? —Atticus decidió ser más directo. Parecía que estaba hablando con un loco.
Pero la sonrisa de Zenon solo se amplió aún más al asentir.
—Sí, sí, sé perfectamente de qué hablo —al ver la mirada impasible de Atticus, continuó—. Soy perfectamente consciente de tu situación actual con las otras razas. Pero eso no me preocupa. Una de las peculiaridades de ser fuerte es poder hacer lo que te dé la gana.
Cuando Zenon terminó de hablar, extendió su mano aún más, como instando a Atticus a aceptarla.