Sonrisa

Mientras Zoey desaparecía en la distancia, una voz resonó de repente a través del ahora tranquilo bosque.

—¿Qué es esa sonrisa? —Atticus parpadeó.

—¿Qué sonrisa? —preguntó inocentemente, a pesar de la enorme sonrisa que se extendía por su cara.

Ozeroth resopló.

—¡Esa! ¡Justo ahí! ¿Te causó una conmoción su confesión o qué?! Tsk, tsk. Todavía tienes mucho que aprender, compañero. —Ozeroth sacudió la cabeza.

—¿Estás feliz justo porque una chica guapa se confesó? ¡Qué patético! Todavía hay que enseñarte en los caminos de mi grandeza. —Atticus se giró para enfrentarlo, también resoplando.

Y luego, su sonrisa se amplió.

—Al menos alguien se me confesó a mí. —Ozeroth se quedó helado. Su cuerpo entero se tensó.

Su boca se abrió.

Luego se cerró.

Después se abrió de nuevo. Pero no salieron palabras.

La sonrisa de Atticus se acentuó.

—¿Qué? ¿Es que mentí? —Su tono era demasiado arrogante.

La cara de Ozeroth se contrajo.