Sondeando

Torren Vialis, el Apéx Regenerari, ajustó su traje perfectamente a medida, apareciendo una sonrisa en sus labios.

Sus rasgos agudos, junto con su postura relajada, hacían parecer que no tenía otro lugar en el mundo donde estar, excepto aquí, molestado a Kynara Flux.

La Ápex Evolari, por otro lado, estaba rígida, su cabello dorado recogido hacia atrás, el brillo de sus ojos cian frío como el hielo.

Parecía la encarnación de la disciplina y la dignidad, con una postura tan perfecta que parecía antinatural.

—Vamos, Kynara. Tú puedes evolucionar cualquier parte de ti misma, y yo puedo regenerar cualquier parte de mí mismo. Estamos literalmente hechos el uno para el otro. Podríamos ser la pareja más indestructible de Eldoralth —Hizo un guiño.

Un músculo se contrajo en la mandíbula de Kynara, su mirada intensa cayó sobre él como si contemplara lanzarlo al olvido aquí y ahora.

Su voz era nivelada, controlada, demasiado controlada.