Anomalía

La Orden Obsidiana había logrado una hazaña que nadie en toda Eldoralth hubiera creído posible.

La utilización de la fuerza vital como un arma.

La fuerza vital, en los términos más simples, era la esencia de la existencia, la vida de un individuo, la culminación del potencial, la vitalidad innata, la profundidad espiritual y la longevidad destinada. Era más que un número de años; era el peso del ser de uno… y el poder que residía en su propia alma.

La fuerza de la fuerza vital de alguien era un concepto aterrador, porque nada superaba a la vida misma. Esa verdad singular era el verso grabado en los corazones de la Orden Obsidiana.

—No hay nada más grande que la vida.

Y con esa verdad, crearon un método abominable: usar la vida misma como un catalizador para la destrucción.

Con ella, incluso un simple rango experto podría encarcelar a un Paragón.

Con ella, incluso un niño podría convertirse en una bomba viviente capaz de colapsar ciudades.