Las miradas de cada humano en el dominio humano se agrandaron.
No había nadie que no conociera ese nombre. Nadie que no reverenciara ese nombre.
Atticus Ravenstein. El Ápice de la Humanidad.
Y en el siguiente instante, todos apagaron sus pensamientos y escucharon.
Su voz cortó el silencio, resonando a través del dominio.
—Hablo porque necesito que sepan la verdad. Pronto, sus hogares serán atacados. Merecen saber por qué.
Sus palabras eran tranquilas. Pero cada sílaba aterrizaba como un martillo.
—Anoche, la Orden Obsidiana atacó el campamento de entrenamiento militar de la Alianza. Y fueron liderados por un coronel Zorvan.
Un estremecimiento colectivo recorrió el dominio. Todos habían pasado por el ejército a los 18, y desde sus experiencias cortas o largas, sabían lo que eso significaba. Un coronel Zorvan tenía la fuerza de los líderes de las razas.
Atticus no se detuvo.