Había sido difícil para Beatrix por un tiempo ahora contemplar si lo que estaba haciendo estaba bien o mal, ir en contra de su clan. Estos pensamientos habían estado creciendo en su mente durante algún tiempo.
Al final, había tomado una decisión: ir en contra de su propio clan. Con esta determinación, unas pocas palabras de Impress o incluso Ricar no iban a cambiar su mente, por eso actuó con la espada apuntada frente a ella.
Ella podía decir por los ojos de Impress, y quizás fue por la visión que habían visto, hasta dónde estaba dispuesta a actuar. No había convencer a la mujer frente a ella; tendría que ser una pelea a muerte.
Beatrix levantó su pie, pateando la espada hacia arriba, e inmediatamente las venas estaban creciendo en la cabeza de Impress. Cargó hacia adelante, su espada brillando con Qi, y fue a golpear a Beatrix.