Maldición más problemática

Alba continuó mirando al Eliminador en el suelo, y el bastón que yacía allí en el suelo. Estaba contenta de que todo finalmente hubiera terminado, de que por fin había perecido. Sin embargo, cuando miró el bastón, también notó algo, que el cristal que estaba colocado en la parte superior, estaba completamente destrozado.

No solo eso, sino que, extrañamente, casi parecía que al Eliminador le faltaba un ojo, con algo de brillo mezclado con la sangre que fluía de él.

«¿Tenía algún tipo de último recurso? ¿Destruir todo lo que tenía, para que nosotros no pudiéramos poner nuestras manos sobre ello?» pensó Alba. «Qué voluntad tan interesante, usualmente en la muerte las personas no piensan en esas cosas, pero él debe haber realmente no querido que obtuviéramos estos objetos.»