Nadie preguntó

Al final, sin otra opción, Rain entregó sus reliquias a amigos y familiares... se sintió un poco mal ya que no le dio ninguna a Sealyn y Seara, pero ellos no necesitaban tanto si se compara con este lado. Las únicas cosas que él se quedó fueron la armadura, el escudo y la espada.

—Si hacen o dicen algo, avísame y los derretiré para convertirlos en sartenes —dijo Rain—. Estos no tenían mucha personalidad, pero nunca puedes estar seguro si absorben mucha sangre de dragón.

—Intentaremos terminar las cosas rápido aquí para ayudarte también —dijo Terra—. Ten cuidado allá afuera, si mueres, te mataré yo mismo.

—Está bien, levantemos algunas banderas de muerte —dijo Rain—. ¿Quién más tiene algo que decir?

—No tenemos tiempo para eso, en marcha —Esmeralda elevó su voz.