A pesar del notable cambio en el aura de Rain, los guardias mostraron una sospechosa falta de vacilación mientras cargaban hacia él. La inexplicable conducta de los guardias trabajó a favor de Rain. Cuando el siguiente oponente cargó hacia él, Rain se movió con una velocidad preternatural, esquivando el inminente golpe con facilidad.
En un movimiento fluido, Rain tomó al guardia por el cuello y lo azotó con fuerza contra el piso metálico. El impacto resonó a través de toda el área, causándola temblar. Sin embargo, la resistente armadura del guardia permaneció intacta, sin siquiera mostrar una señal de daño aunque el suelo tenía varias marcas…
La rareza de la situación impactó brevemente a Rain, pero no se detuvo en ello. La urgencia de la batalla en curso y la necesidad de enfocarse en desmantelar el masivo cañón lo impulsaron hacia adelante. Rain golpeó al enemigo varias veces contra el suelo en una fracción de segundo, y entonces la armadura de repente se desarmó...