Ocurrió durante el tercer ataque coordinado que se produjo un avance. Mientras Asche, Liss y Reca desataban sus técnicas mejoradas en el cañón masivo, el daño infligido era más claro que antes. El mana que típicamente protegía las partes dañadas no se había regenerado a tiempo gracias al duro trabajo de Vanessa, resultando en un agujero que ahora tenía doscientos metros de profundidad. El cañón, incapaz de soportar el asalto, se inclinó una vez más, dejando claro a distancia que su estrategia estaba funcionando.
La guardia, reconociendo la vulnerabilidad de su defensa principal, realizó una retirada estratégica una vez más, total esta vez. Sin embargo, la atmósfera ominosa persistía. Rain y su grupo se tomaron un momento para evaluar la situación, sabiendo que la batalla estaba lejos de terminar.
—¿Y ahora qué? —preguntó Jori.
—Mantente alerta —dijo Rain—. Ahora traerán la artillería pesada.