A pesar de la táctica habitual de Rain de provocar al enemigo, el rey en las sombras permaneció estoicamente impasible esta vez. Últimamente, la efectividad de tales provocaciones había disminuido mucho, lo que obligó a Rain a considerar abandonar el enfoque por completo. La indiferencia del enemigo fue un recordatorio contundente de que algunas estrategias tenían una vida útil limitada.
Sin inmutarse, el rey en las sombras continuó su ataque, convocando esferas oscuras en el aire. Mientras el equipo se preparaba para la próxima ola de adversarios, las sombras se fusionaron en formas inesperadas que tomaron a todos por sorpresa: los dragones de tormenta. Eran mucho más pequeños, pero eran ciertamente dragones de tormenta…
—¿Dónde los vio? —Rain frunció el ceño.
Todos no pudieron evitar paralizarse por un momento, y gracias a ello, los mini dragones tuvieron la oportunidad de disparar rayos oscuros sobre ellos.