Archer empezó a bajar por el túnel de las Plagas y notó toda la sangre que manchaba el suelo —¿Estaban secuestrando personas? ¿Quizás cazando algún animal?— pensó.
El túnel era oscuro y húmedo, desprendiendo una sensación siniestra que haría temblar a la gente común, pero a Archer no le afectaba. Estaba molesto por todos los cráneos a los que seguía dando patadas —Tendré que preguntar si están desapareciendo más personas de lo normal— continuó caminando hasta que se escuchó un estruendo y un pequeño ejército de Trols Corruptos se precipitó hacia él. Archer sonrió mientras tomaba un profundo respiro antes de desatar un resplandor violeta que iluminó su entorno.