—Puse a Noah en una ilusión y le di la impresión de que podría escapar si encontraba una palanca secreta, pero espera, viene una sorpresa —respondió Archer.
La pareja continuó observando a Noah moverse sigilosamente por el jardín, lo que hizo que Demacia soltara una risita al oír lo estúpido que era todo. Archer la tranquilizó diciendo que era solo para su diversión y para atormentar a su asesino.
—Esto lo marcará de por vida —rió.
Poco después, Noah pensó que había encontrado la palanca y la jaló, solo para ver una puerta chirriar al abrirse. Un ruido de chasquidos resonó desde el pasadizo más allá. Demacia miró a Archer; su ceño se frunció en confusión.
Archer se inclinó hacia adelante, una sonrisa malvada se extendió por su rostro. —Oh, algo viene que lo hará gritar como una niñita.