«¿Cómo estás?», preguntó Snievor, la Hidra Emperador de Nueve Cabezas, a Selena en su mente.
—¿Por qué sigues preguntando eso? —Selena chasqueó la lengua, molesta.
«¿Por qué crees que te pregunto eso?»
—Porque quieres molestarme. Eres el mejor en molestar a la gente. ¡Específicamente a mí! —Se rió, pero claramente no lo decía en serio.
«Puedo dejarte si quieres que me vaya. Dejé un rastro de mi Esencia dentro de ti para seguir charlando contigo. Para asegurarme de que mi pequeña Líder del Nido no esté sola», comentó Snievor sarcásticamente.
—Oh, bueno... ya sabes. Creo que solo estaba bromeando —suspiró profundamente Selena.
«Es increíble que no tengas suficiente con controlar toda una galaxia tú sola. Aún no sé cómo lograste asegurarte de que esos idiotas humanos no fueran masacrados en la próxima luna llena.»