—Tienen largas y delgadas patas como las de un saltamontes, garras como las de un cangrejo y ojos como los de una mosca —comentó uno de los personajes al observar a los Gumins.
—Oh, parecen realmente estúpidos... Pero, genéticamente están hechos para ser observadores perfectos. Tienen más de mil ojos, que pueden observar a muchos individuos al mismo tiempo —pensó Anon mientras continuaba comiendo su comida, sin apartar la mirada de los Gumins que entraban a la habitación.
—Hemos encontrado esta Botella en el Laboratorio No.900... ¿Dónde están los miembros del Laboratorio No.900? —preguntó uno de los Gumins con voz muy similar a la de un Humano.
—Miembros del Laboratorio No.900... Levántense —habló su compañero, pero nadie se atrevió a levantarse.
—Si se levantan ahora... Les haremos algunas preguntas y si responden con la verdad, les dejaremos ir... Pero, si no se levantan, volveremos mañana con una lista de nombres y los mataremos frente a todas estas personas —amenazó el Gumin.