—Fue entonces cuando supe que el poder corrompe a las personas. Pero, creo que mi corazón nunca lo creyó... Siempre lo atribuyó a la Energía Áurica.
—Ahora, cuando te vi ayer... Sentí tu Aura y tenía una pequeña pista de ese elixir que Ion solía beber cuando entrenaba.
—Sabía que eras el chico al que él le había transmitido esa Energía Áurica.
—Pero, tu Aura era cálida... Eras como un niño pequeño cuando dormías en mi regazo. Fue entonces cuando me di cuenta de que no era la Energía Áurica la que lo había corrompido... Era el poder que recibió de la Energía Áurica.
—Quiero decir que tienes la Energía Áurica y no eres como él en absoluto, así que, sí... Eso es todo —respondió Elga con una sonrisa mientras comenzaba a cenar.